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Residencia de Señoritas

Uno de los objetivos de la JAE, como de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) fue impulsar la educación de la mujer y su dedicación a la ciencia. Con ese fin concedió pensiones y en 1915 creó dentro de la Residencia de Estudiantes una de Señoritas en la casa de la madrileña calle de Fortuni 30 cuando la dejaron los varones para trasladarse a los nuevo edificios de la calle Pinar. Bajo la dirección de María de Maeztu, recibieron alojamiento estudiantes universitarias, del Conservatorio y otros centros, y se originando así una biblioteca, cursos y diversas actividades culturales. En 1920, Mary L. Foster llegó a España para dirigir el Institute International for Girls (IIG) y se estableció un laboratorio de Química, a petición de Maeztu, financiado por la Junta.


Para valorar el papel que desempeñó la residencia se debe tener en cuenta que hasta 1910 las mujeres españolas no tuvieron acceso a la Universidad y apenas había centros donde pudiesen estudiar bachillerato. Con el fin de cambiar ese panorama en 1903 la dirección de la ILE logró que se estableciese en Madrid el IIG, heredero del colegio fundado en Santander por William y Alice G. Gulick en 1868, y que con el tiempo se trasladó a Biarritz. En ese año se inauguró su sede en Fortuni 30 y la Old South Church de Boston inició una colecta con la que pagar la construcción de otro edificio en Miguel Ángel 8 que se abrió en 1910. Desde 1914 Maeztu era una de sus profesoras y la JAE pidió su colaboración para alojar, primero a las asistentes a los cursos de verano de extranjeros que organizaba, para la cesión de sus locales por un alquiler nominal como sede de la Residencia de Señoritas y otras dependencias del organismo y, luego, como internado de las niñas del Instituto-Escuela. Residencia e IIG colaboraron estrechamente en el objetivo de promocionar a la mujer mediante la educación y la ciencia. En 1928 fusionaron sus bibliotecas. Debido a esa relación muchas españolas becadas por la JAE ampliaron su formación en Estado Unidos. La Guerra Civil acabó con la primera y también con la actividad del segundo, aunque éste ha sobrevivido hasta hoy y durante la dictadura, por ejemplo, apoyó el proyecto del Colegio Estudio, heredero del espíritu del Instituto-Escuela.